La escuela es
el detonador de las digrafías, ya que determinados errores educativos la
generan.
Podemos
enumerar una serie de causas que pueden producir trastornos en la escritura
desde el punto de vista de fallos pedagógicos:
ü Instrucción rígida e inflexible, sin atender a características
individuales
ü Descuido del diagnóstico del grafismo, como método de identificación de
las dificultades
ü Deficiente orientación del proceso de adquisición de destrezas motoras
ü Orientación inadecuada al cambiar de la letra “script” a la letra
cursiva
ü Objetivos demasiado ambiciosos
ü Materiales inadecuados para la enseñanza
ü Incapacidad para enseñar a los zurdos la correcta
posición del papel y los movimientos más idóneos.
Hay que contribuir para que los niños lean, escriban cuentos y sientan
que sus creaciones son buenas, de manera que favorezcamos su autoestima para lo
que es necesario motivarles a partir de cosas que se les den bien, es decir, a
partir de algo que saben hacer intentar que aprendan lo que se les da peor.
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